LAS BRIGADISTAS
- johnlakelake
- 12 mar.
- 2 Min. de lectura
UNA MANO GENEROSA

Las imágenes iniciales realizan un paneo, en el que se puede apreciar una serie de afiches y carátulas de cajas que contienen discos digitales de antiguas realizaciones de Juan Pablo Lepore. Títulos como “Sin patrón, una revolución permanente" (2014), "Agroecología en Cuba" (2017), "La Vuelta al Campo, luchas campesinas por el buen vivir"(2020) dan una pauta de la ideología y la problemática del joven director cuando aborda sus documentales. Su nueva obra se encuadra bajo esos parámetros, al resaltar, por un lado, la labor de las brigadistas del título, jóvenes graduadas de medicina que viajan al Chaco salteño para brindar asistencia sanitaria, y, por otra parte, mostrar un panorama de las graves carencias de las comunidades originarias que habitan en la región.

Desnutrición, altas tasas de mortalidad infantil y chicos deformes son algunas de las consecuencias de las dificultades para la obtención de agua potable, el uso de bidones con residuos de agroquímicos, la contaminación del aire por el exceso de fumigación de los campos, sumado a un desmonte indiscriminado para el cultivo de soja. La cámara sigue el derrotero de las médicas en el noreste del país, mientras visitan a una comunidad de 35 familias a las que no solo auscultan, sino que también capacitan a algunos de sus miembros para continuar con la educación sanitaria. La tarea no es sencilla, ya que no se les puede privar de cierto tipo de comidas cuando el alimento es único. La buena predisposición de las médicas y el cariño con el que tratan a los pacientes sirven para palear ciertos cuadros infecciosos graves que aquejan a los menores, que no hacía falta mostrar en primer plano en búsqueda de cierto sensacionalismo.

En la mitad del metraje, el film se torna político con críticas a los ex gobernadores salteños Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey, en especial a lo que se refiere a la Compañía de Agua y Saneamiento creada por este último. Los sindicalistas copan la pantalla con sus reclamos, los piquetes se suman para protestar por la falta de agua, la represión policial surge para disolver las manifestaciones, los carteles pidiendo justicia inundan la entrada del hospital de Tartagal por la muerte de una paciente wichí.

El director opta por acompañar las imágenes con su presencia o su voz en off, también hay lugar para que los protagonistas, médicas y pacientes, hablen a cámara para exponer su situación. El padecimiento de los pueblos marginados del norte de nuestro país tiene tres pilares para Lepore: el desmonte, la fumigación y el agua contaminada. Hechos que resalta en un rápido montaje hacia el final en una obra de denuncia que pretende crear consciencia sobre una emergencia sanitaria que precisa algo más que la inmensa mano que otorgan las brigadistas.
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