LOS PELIGROS DE LA INVISIBILIDAD
Juan Baldana, director de “·Romper la pared”, una miniserie de NETFLIX sobre la vida del jugador de fútbol Ángel Di María, se basa en la novela “Limpiavidrios” del platense José Supera en su nueva ficción para la pantalla grande. A través de un gran flashback, la trama introduce al espectador en la vida de Alejo (Nazareno Casero), un hombre solitario con un pasado oscuro que se emplea como limpiavidrios en un edificio de la ciudad de Buenos Aires. A través de los cristales se sumerge en un mundo ajeno, como un voyeur que remite al personaje del fotógrafo profesional que componía James Stewart en “La ventana indiscreta” (Alfred Hitchcock – 1954).
En su quehacer diario toma contacto con Ferreyra (Juan Palomino) un encargado de seguridad con cara de pocos amigos, Don Merlo (Germán de Silva) un sereno al que chantajea con bebidas espirituosas, un oficinista (Luis Ziembrowsky) deprimido con tendencias suicidas y con Sabrina, a cargo de la actriz peruana Shirley Briceño, una empleada de limpieza, aunque con esta última solo tendrá una comunicación visual, ya que los vidrios de los ventanales u otros imprevistos impiden que verbalicen sus sentimientos.
Todos los hombres cargan con un pasado del cual no prefieren hablar, soportan presiones y se refugian en la soledad de sus trabajos para sobrellevar los complejos conflictos que los aquejan. El día a día los come, nadie se interesa por sus vidas cuyos avatares se encuentran bajo cuatro llaves y sin intención de ser expuestos a los demás. En su derrotero, Alejo vive como un linyera robando comida de aquí y de allá sin un lugar fijo para dormir, prefiere las alturas, ya sea colgado con su arnés o bien merodeando por las terrazas desde las cuales espía la vida de los vecinos, mientras se evade con el consumo de alcohol o aspirando productos alucinógenos. Lo de abajo no es su entorno, no se siente seguro, camina sin rumbo fijo por las calles mirando hacia las alturas como buscando un cobijo que lo proteja.
“Reflejado” habla sobre la invisibilidad de los seres humanos, el no percibir el mundo que nos rodea, sobre el vacío existencial al que el sistema arrastra a los individuos de manera peligrosa, producto de la incomunicación y del destino que a veces juega una mala pasada. La desconfianza es la moneda corriente para incrementar las incógnitas, que dotan de un suspenso creciente a las acciones con una cámara inquieta que se entromete en todos los rincones del edificio. Baldana no solo se luce en los documentales, la ficción le sienta bien.
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