EL MENÚ - EL VISITANTE - TRENQUE LAUQUEN
El británico Mark Mylod, director televisivo que cosechó importantes premios en la última edición de los Emmy por la serie “Succession”, retorna a la pantalla grande después de diez años con una comedia de humor negro al estilo de “Free Fire” (Ben Wheatley – 2016) pero no tan sangrienta. Lo que comienza como una experiencia culinaria para selectos gourmets en una isla paradisíaca en el sur de Inglaterra, se transforma en un acto de venganza similar al primer episodio de “Relatos salvajes” (Damián Szifrón – 2014). Los invitados mientras son presentados son sometidos poco a poco a las reglas cada vez más despóticas del lugar, regido por un chef todopoderoso a cargo de un ejército de ayudantes que le obedecen ciegamente. La esforzada elaboración de cada plato del menú a veces contrasta con lo efímero del exquisito bocado que es comido por algunos participantes, no saboreado, y que pasa al olvido rápidamente para otros. Ralph Fiennes es un chef resentido, muy especial, con un concepto único para la confección de sus platos, se introduce en los secretos y misterios de una elite a la que considera moralmente corrupta. Una película explosiva, satírica, plena de adrenalina en la que un ángel exterminador maneja a voluntad el destino de los demás.
Dentro de la Competencia Latinoamericana se presentó “El visitante” del director boliviano Martín Boulocq. Un viudo religioso y apasionado por la ópera sale de la cárcel, luego de purgar una condena por excesos con el alcohol, con la finalidad de recuperar a su hija que vive con sus abuelos, dos pastores evangelistas de muy buena posición económica. Las diferencias de clases, la manipulación de los religiosos en detrimento de personas menos capacitadas intelectualmente, enfrentan al suegro y al yerno en un juego de poder, en un tira y afloja cuyo fin es la custodia de la adolescente. Una narrativa ágil en medio de un paisaje cochabambino, resaltado por la fotografía que privilegia los planos generales, destaca los distintos estados de ánimo del cantante que oscilan entre la confianza, el cariño y la angustia. Una nueva perspectiva de la sociedad boliviana que se extendió por toda Latinoamérica.
Cada vez que se anuncia un estreno de la productora El Pampero Cine, se prevé una obra de extensa duración, máxime si el autor es uno de sus integrantes. Mariano Llinás con “Historias Extraordinarias” (2008) y “La flor” (2018) es un claro ejemplo de tiempos que sobrepasan con holgura la media a la que está acostumbrada un espectador de cine. Laura Citarella, con intereses en común con Llinás, presentó en la sección Competencia Latinoamericana “Trenque Lauquen” de cuatro horas y media, dividida en dos partes. La directora se aleja en cierta medida de la contemplación que caracterizó sus películas anteriores, para narrar una historia al estilo de las dos obras de Llinás mencionadas. La desaparición de Laura (Laura Paredes) mientras realizaba una investigación sobre unas cartas eróticas escondidas en la biblioteca de Trenque Lauquen, propicia el encuentro de dos hombres que la amaban, su novio (Rafael Spregelburd) y un amigo (Ezequiel Pierri) que la transportaba en su indagación. Es el punto de partida para ensamblar géneros, para que surjan misterios, vivir aventuras, que favorecen las subtramas y la aparición de otros personajes que dan su punto de vista sobre los hechos. Dividida en doce capítulos, el desarrollo se sigue con interés, salvo en los dos últimos tramos que se extienden por demás, en los que la directora retorna al lenguaje cinematográfico en el que se siente más cómoda. No obstante, es muy meritorio el esfuerzo de El Pampero Cine, que de manera independiente ofrece un producto que se aleja de lo tradicional con un estilo inconfundible que lo caracteriza. Un elenco sólido, un guión que dan ganas de verlo plasmado en un libro, inconfundibles paisajes de la provincia de Buenos Aires son el marco adecuado de una película hecha de manera honesta y con total libertad.
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