LA PERSECUCIÓN

UN PROFESOR INJUSTAMENTE ACUSADO

Julien (François Civil), un profesor de literatura en una escuela pública multiétnica que se encuentra desbordada, es acusado de conducta sexual inapropiada con una alumna de su clase. La historia está inspirada en una experiencia que el director y guionista Teddy Lussi-Modeste vivió en su carrera como profesor.

Julien es un educador distinto a los demás, se diferencia de sus colegas ya que se interioriza en la problemática de sus alumnos y los invita a almorzar, costeando todos los gastos, a aquellos que se destacan en su materia. Tras la injusta acusación de Leslie, la debutante Toscane Duquesne, una rubia con una trenza muy prolija, todas estas actitudes que lo distinguen de los demás se le volverán en contra como un vórtice cada vez más turbulento.

Leslie, forma parte de una familia disfuncional con un padre fallecido, una madre inútil y un hermano mayor violento que se hace cargo de ella. La denuncia ante la policía, las amenazas de venganza por parte del hermano, llevan a los que rodean a Julien a tomar partido mientras la escuela se convierte en un torbellino. Los profesores que en un principio lo defendían, al descubrir que Julien convive con una pareja masculina, lo cual tira por la borda el supuesto delito, le reprochan no haberlo divulgado antes. Los alumnos, a su vez, se hacen eco de su homosexualidad, difundiendo videos íntimos del catedrático subidos a las redes.

El descontrol invade no solo al alumnado que desacredita con su comportamiento al profesor, sino también a las autoridades que quieren preservar el buen nombre de la institución y que los hechos no tomen estado público. Cada uno defiende su quinta, nadie se quiere comprometer y las malas decisiones que adoptan los protagonistas se asemejan a las vistas en “El salón de profesores” (Ilker Catak – 2023), el excelente film alemán candidato al Oscar el año pasado.

Nadie se atreve a poner límites a los estudiantes mientras la vida de Julien se desmorona, que cree ver enemigos por todos lados. Su ideal de ser un catedrático como aquel que le cambió la vida, no tiene cabida en un contexto desbocado por la situación. “La persecución” es un drama tenso y duro, que no tiene por fin señalar a los culpables (razón de un final con gusto a poco), sino mostrar una serie de comportamientos desacertados, de procederes equívocos y de tergiversaciones, con personajes que se muevan más por los impulsos que por la razón y el criterio, en un entorno marcado por la inmediatez que dificulta la gestión. Un buen trabajo de Civil, junto a la incertidumbre de la trama justifican la visualización del cuarto largo de Lussi-Modeste.