LAS MUJERES EN EL CENTRO DE HECHOS DEMONÍACOS
Es raro ver por estas comarcas cine francés que abarque el género de terror. Con un poco de retraso llega a las pantallas locales la anteúltima realización del dúo francés Julien Maury y Alexandre Bustillo, que siempre han trabajado en tándem en películas de terror, con claras influencias de Dario Argento, John Carpenter y Roman Polanski. Por lo general, en este tipo de obras un monstruo, una casa encantada o una fuerza maligna quiebran la tranquilidad del entorno. En Kandisha, un grupo de jóvenes que provienen de inmigrantes en los que se mezclan árabes musulmanes, afrodescendientes y portugueses se ven envueltos en las garras de un demonio marroquí invocado por una joven del grupo que padecía de maltrato violento por parte de su ex pareja.
El ser maligno resulta ser una mujer con piernas de cabra que según una vieja leyenda solo se ensaña con los hombres. Su primera aparición como victimaria es velada por una burka negra que la cubre en su totalidad, tiene como objetivo un joven despreciable que muere atropellado, enceguecido por los faros de un auto en una carrera desesperada. Sus siguientes intervenciones no serán tan oscuras ya que lo explícito reemplaza al fuera de campo para dar paso a una contextura deforme y semidesnuda que desmiembra los cuerpos de los martirizados. Las sutilezas del comienzo dan paso a un cine más trash con reminiscencias del slasher.
Ante semejante carnicería, las tres jóvenes protagonistas recurren a un imán exorcista, expulsado de la religión por considerarlo un brujo, que intentará ayudar a las adolescentes a poner fin con las andanzas del maleficio que las aqueja. No falta la ronda en torno a un dibujo en el piso semejante a una tabla güija en la cual los participantes no deben cortar el círculo mientras son acechados por el diablo en medio de gritos e imploraciones.
El hecho de recaer los protagonismos en mujeres con su accionar en contra del sexo opuesto, levanta ciertas sospechas en cuanto al significado del planteo, de estar a tono con las nuevas tendencias feministas y sus reclamos frente a la violencia machista. Sin embargo, al poner el mal la mira en seres inocentes, se diluye aquella posibilidad y el enfoque se centra en lo diabólico y sus implicancias.
“Kandisha” es una muestra distinta del género debido a su origen y al tipo de personajes que participan de la historia, pero similar en cuanto a las herramientas y recursos narrativos de las innumerables propuestas que todas las semanas se presentan en las pantallas locales.
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