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QUINTO DÍA DEL BAFICI 2022

EL FOTÓGRAFO Y EL CARTERO: EL CRIMEN DE CABEZAS - DEAN MARTIN: EL REY DEL COOL

En enero pasado se cumplió un cuarto de siglo del crimen del fotógrafo de la revista Noticias José Luis Cabezas, un acontecimiento que conmocionó al país en su momento con graves consecuencias para las cuatro jurisdicciones intervinientes. Desde el punto de vista cinematográfico el caso Cabezas es muy rico al presentar un enfrentamiento entre cuatro poderes: el político, el empresarial, la autoridad policial y el cuarto poder (el periodismo). Alejandro Hartmann, que también está presente en el festival con El Nacional, le otorga un cariz de suspenso al documental, beneficiado por la progresión de los hechos y por la cantidad y particularidad de personajes que se suman al relato. Los hay encumbrados como Carlos Menem, presidente de la Nación en aquel momento, ciertos ministros de su gabinete, su vicepresidente, y otros que parecen escapados de alguna película de Isabel Sarli y Armando Bo (Pepita La pistolera y su entorno). Hartman retrata los incidentes de manera minuciosa y cronológica, teniendo como ejes del relato al ex vicepresidente Eduardo Duhalde, al compañero de trabajo Gabriel Michi, al abogado de la familia Cabezas, Alejandro Vecchi, que surgió de manera fortuita a través de un programa televisivo conducido por Mauro Viale y a uno de los fiscales de la causa. Cada uno cuenta sus múltiples experiencias: Duhalde comenta que Alfonsín le manifestó: “A vos te tiraron un muerto”; el periodista recuerda que, si se hubiese retirado junto a Cabezas de la fiesta del empresario Oscar Andreani en la que se encontraban tomando notas, hubiese tenido el mismo destino; el abogado rememora cómo fue que se hizo cargo de la defensa que en un principio rechazaba; el fiscal ilustra con las pruebas, declaraciones de testigos e imputados y los momentos en que surgieron. Resulta atrayente cómo se van esclareciendo los hechos, dejando de lado pistas posibles hasta concentrarse de forma definitiva en el empresario Alfredo Yabrán, ideólogo del crimen. Cada partícipe adopta distintas posturas: Yabrán pasa de enigmático capitalista a un hombre afable con todos los medios; Menem siempre surge dubitativo, un rostro que encubre complicidades; Duhalde, en cambio, es muy directo, siempre predispuesto a esclarecer el crimen; Andreani, en tono fiestero, es un vivo ejemplo de la cultura menemista, caracterizada por el derroche y los excesos, que tenía su epicentro en Pinamar. La película, que estará en la plataforma Netflix a partir del 19 de mayo, destaca los entretelones del poder, el usufructo indiscriminado de quienes lo ejercían y los efectos desbastadores que tuvo sobre aquellos que se creían inexpugnables. Una obra impactante, valiosa, esclarecedora que cosechó numerosos aplausos al final de la proyección.



La película del documentalista y productor Tom Donahue es una cabalgata sobre la vida del actor y cantante Dean Martin, especialista en el arte de improvisar, un pionero del stand up, con un timing cómico impresionante. Las imágenes repasan sus orígenes humildes, los primeros trabajos como peón, croupier y boxeador, las dificultades con el idioma (hasta los seis años solo habló italiano), los primeros pasos como vocalista hasta el encuentro con Jerry Lewis que produce un quiebre en su vida y su carrera. El dúo cómico más famoso de la década del cincuenta, que comenzó en los escenarios, brilló en la televisión, para la cual realizaron un programa que se adaptaba a la perfección al nuevo medio de comunicación, para culminar en el cine con la realización de 18 películas. La separación del binomio a fines de la década, por los egos de Lewis que opacaban a Martin, presagiaba un derrumbe en la carrera del artista. Sin embargo, se pone a los órdenes de directores de la talla de Howard Hawks, Vincente Minnelli y Edward Dmytryk, quienes reencausan su trayectoria y descubren en el actor una veta dramática hasta entonces inexplotada. La década del sesenta lo encuentra en pleno apogeo en el cine y la televisión en la que aparece junto al clan Sinatra, apodado ”rat pack”, que incluía a Sammy Davis Jr. y Peter Lawford entre otros. Material de archivo, reportajes al controvertido actor Alec Baldwin, al recientemente fallecido director Peter Bogdanovich y a la actriz Angie Dickinson (muy vinculada al clan) destacan el apodo de “cool” con el que se lo catalogó, una cualidad que definía su estilo personal. Su presencia y sus canciones disparan en el espectador cinéfilo una serie de recuerdos, sobre todo al interpretar “That’s amore” que apareció por primera vez en la banda sonora de ¡Qué par de golfistas! (Norman Taurog – 1953), en la cual se la dedicaba a la actriz de nuestro país Argentina Brunetti (en el rol de madre), para luego cerrar la inolvidable comedia Hechizo de luna (Norman Jewison – 1987). Un viaje emotivo y seductor que recorre los hitos de una leyenda de Hollywood.




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