DRAMA HUMANÍSTICO DE GRAN ACTUALIDAD
El último largometraje del director y actor polaco Jaceck Borcuch se entromete, a través de un drama humanístico, en las mismas disquisiciones que se hizo el electorado francés hace pocas semanas para los comicios presidenciales. Los miedos irracionales que asechan a gran parte de la población europea actual surgen en la historia de Maria Lynde, una poetisa judeo-polaca ganadora del Premio Nobel radicada en la Toscana.
Las primeras imágenes transmiten una paz y tranquilidad, a través del hermoso paisaje ondulado con sus verdes colinas características de la región de la Italia central, que pronto será quebrada. La aparente placidez del hogar donde conviven la escritora con su esposo, su hija, su yerno y sus nietos se ve interrumpida por la larga desaparición de uno de los pequeños en un inocente juego de escondidas. Llama la atención la indiferencia de la artista que se refugia en la lectura mientras el resto de la familia se preocupa por encontrarlo. Su vínculo con el resto de los parientes es frío y distante, las muestras de afecto no son su fuerte, ni siquiera con el joven egipcio con el que mantiene una relación amorosa furtiva. El nexo con el extranjero tiene sus fundamentos más en el intercambio intelectual que en el deseo sexual. Ambos se verán afectados por un hecho aterrador que sucede en Roma, él como consecuencia de la xenofobia, ella por unas declaraciones desafortunadas en ocasión de recibir un premio. Los cimientos de su familia tambalean, queda presa de sus ideas que provocan amor y odio entre la población.
Krystyna Janda, ganadora del Premio del Público en el Festival de Sundance de 2019, en el rol de Maria, encara con acierto esa personalidad de espíritu libre, contestaria, que se siente incómoda con las reglas de la sociedad, crítica, irreverente, sin medir las consecuencias morales de sus excesos que desprestigian su imagen pública. Su comportamiento errático termina distanciándola del resto de sus congéneres, que en un final metafórico manifiestan indiferencia ante su situación. El gran trabajo de Janda, actriz que trabajó bajo las órdenes de Wajda, Kieslowski y Szabó, se ve complementado por un elenco parejo compuesto por artistas polacos e italianos, una fotografía que resalta la calidez del pueblo y su entorno junto a un acertado uso del fuera de campo.
La intolerancia ante las masivas inmigraciones, el temor a la invasión de culturas provenientes de África y Asia que puedan afectar la convivencia, el terrorismo y sus implicancias, el amor en la madurez, son algunos de los tópicos que rodean a una mujer, que como bien dice la canción de Frank Sinatra, “It Was A Very Good Year”, que se escucha cerca del epílogo, se encuentra en el otoño de su existencia cuando los días son más cortos, y piensa que tal vez tiró por la borda lo que cosechó a lo largo de su vida.
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