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CASI TODO SUCEDE EN LOS SUEÑOS

FILMAR PARA QUE LOS MOMENTOS NO SE EVAPOREN


La pasada cuarentena no fue fácil de sortear. Hubo quienes no pudieron escapar de la crisis, otros cayeron en una profunda depresión o bien recurrieron a la ayuda psicoanalítica para superarla. Pero también la pandemia fue una etapa para reiventarse, explorar nuevas posibilidades, hacerle frente a la adversidad con nuevos proyectos e ideas. En ese contexto el director Andrés Habegger se preguntó en aquel momento conflictivo sobre el sentido de filmar para captar las cosas en suspenso, para que los recuerdos no se evaporen, por momentos una necesidad imperiosa en otros una inutilidad. De aquellas ideas, imágenes y notas tomadas surgió un proyecto que se cristalizó en octubre del 2021 y llega a ahora a las pantallas con una denominación sugestiva: “Casi todo sucede en los sueños”.



Godard en sus reflexiones decía: “Hago ensayo en forma de novelas o novelas en formas de ensayo. Solo que, en vez de escribirlos, los filmo.” El autor de “Sin aliento” (1960) se consideraba un ensayista. Habegger presenta su obra como un ensayo documental en el que fluyen emociones, ideas, ansiedades, recuerdos, cotidianeidades en distintos formatos (super 8, videos, fotografías) con frases sobreimpresas que permiten reflexionar sobre el arte de filmar, el cine y su capacidad representativa para mostrar lo que sucede en la vida. En algún momento el documentalista se cuestiona sobre qué sucede en aquellas instancias en las que no se filma, cómo son las vivencias en los instantes en que la cámara está ausente. La sucesión de imágenes inconexas que saltan en el tiempo evoca cierto cine experimental donde las constantes no existen, las texturas contrastan y las imperfecciones del celuloide salen a la luz.



El nuevo opus del director de “Cirquera” (2012) es un diario personal con gran presencia de los recuerdos familiares, que oscilan entre el pasado con las evocaciones de su padre fallecido y el presente con la colaboración de sus hijos, que tiene como centro el cine, equiparado a los sueños, ya que lo que se creía perdido vuelve a través de las imágenes. “El cine es el rostro, es el espejo del alma” decía Horacio Quiroga y en cierta forma Habegger revela su estado interior con un estilo muy personal en el que se experimentan sensaciones que activan las remembranzas por parte del espectador.



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